EL SECRETO DEL TALISMAN

Acción, misterio, romance, comedia, religiosidad y exotismo son los elementos clave que dan forma a este film de 20 millones de dólares, producido e interpretado por Michelle Yeoh (TIGRE & DRAGON) y realizado por el reputado director de fotografía, Peter Pau (LA NOVIA DEL PELO BLANCO, TIGRE & DRAGON). Dadas las referencias, difícil era distanciarse del film de Ang Lee a la hora de valorar el de Peter Pau aunque el resultado se acerca mucho más a un film de Jackie Chan que al wuxia pian más taquillero de todos los tiempos.

Entre las aventuras de Indiana Jones y LA ARMADURA DE DIOS, de Jackie Chan (en sí mismo, una versión china del film de Spielberg), THE TOUCH nos introduce en un circo chino, a la manera del famoso Cirque du Soleil, donde trabaja Yin (Yeoh) y su hermano Tong (Chang), descendientes todos de los monjes de Dun Huang. Hace más de 700 años, los monjes de Dun Huang, escondieron la Sharira, una reliquia budista que contiene la esencia de un Hombre Sagrado y que concede la inmortalidad a su poseedor. Esta cuestión de fe, no ha preocupado a Yin hasta que Eric (Chaplin), su huido compañero de la infancia y ahora ladrón de guante blanco, aparece con el Corazón de Dun Huang, piedra en forma de corazón que puede conducirle a la Sharira. Yin, se verá obligada a participar en la búsqueda cuando Carl (un coleccionista sin escrúpulos) secuestra a su hermano Tong.

La aventura comienza aquí aunque la rutina en la que va a devenir el film se ve venir desde su primeros diez minutos. Con la obligación presupuestaria de realizar un film que pudiera agradar a todo el mundo (y más a los norteamericanos), Pau y Yeoh, que dan la idea de un guión al que poco parecen haber añadido los franceses Julien Carbon y Laurent Courtiaud, convierten THE TOUCH en un amasijo de sentimientos universales, donde los malos son malos y algunos tontos y los buenos son buenísimos, aunque ambos, igual de chistosos y angloparlantes. Si una cosa vale la pena destacar es que THE TOUCH, al menos, funciona bien como entretenimiento light y la fotografía de Pau, apoyada por la banda sonora de Basil Poledouris (ROBOCOP, CONAN), hace que desees hacer las maletas cuanto antes para descubrir esos maravillosos paisajes de China y ese Tíbet que, como en las postales, parece no sufrir problema político alguno.